Uncategorized

blues de la calle Lavalleja

El padre del Mito tenia una fiambrería, minúscula, en Lavalleja, al lado de los vineros.Y un sobrenombre tan ridículo, que si lo escribiera parecería de ficción. El Mito y los vineros, años mas tarde harían una enorme fortuna con el rubro inmobiliario en San Bernardo. Pero entonces el pibe tenía un pechito de paloma , una vocecita finita y cordial, el pelo desteñido de rubio y estaba tostado por el sol del verano de la calle Lavalleja, como si en vez de ser el hijo de la fiambrerìa -y un aplicado alumno- fuera un albañil.

A medida que escribo me percato que los habitantes de Lavalleja al 2600 tuvieron la mala suerte, esa cuadra estuvo signada por la Mala Leche: la flaca tuvo la revelaciòn materna de su adopciòn, y nunca repuntó: años mas tarde estuvo internada en el Estevez y el manicomio,señores, no es un spa. El pibe Moraña con su carita roja, como siempre espantado tuvo un accidente que ya era anacrónico en la época, le cayó encendido en el pecho el calefòn de kerosenne, y murio una muerte horrible y la chica de la gomerìa de la esquina, veinte años despues-ya no era chica, era una enorme mujer, y por una nada, una cirugìa estètica -habia adelgazado un monton de kilos- la crepò como si hubiera guardado un cancer, despues lo de la gorda, que se le ahorco la hija y no me extrañaria que tuvera que ver con el padre, del cual se decìa que era un degenerado. Lo sea o no (y yo me inclino a pensar que si) ¿quien puede seguir despues de eso?Esta bien que la gorda vivìa a la vuelta y no la tendria que contar entre las desgracias de la calle Lavalleja, pero es casi justicia poètica: estaba siempre por allí, una cuadra llena de adolescentes, con los camiones de vino y nada de tráfico. Yo era de apenas dos cuadras, pero a los efectos de los aires de la calle Lavalleja era otro barrio y si llegaba era de invitada, a lo sumo a algùn asalto en la casa de Norberto o de Ricardo, una colada casi. O cortando camino para ir al marplatense, donde ellos, los de la calle Lavalleja, eran legiòn. Les cuento esto porque yo envidiaba ese malòn de adolescentes que apestaban el aire del lugar: alli siempre era primavera.

Y como iba diciendo entre tantas otras desgracias de la cuadra estuvo la cuestìon del padre del Mito.
En esos tiempos se usaba cerrar los boliches -la carniceria, la verdulerìa, era una zona de pequeños comerciantes, donde uno se quedaba a hablar, por gusto, tenìamos costumbres suburbanas, eran tiempos de mujeres que no trabajaban, salvo alguna divorsiada perdida por ahì, como la madre del Gustavo cuyos abuelos viejos tenìan la almacen en la calle Lavalleja, justo a la altura que te digo. Gustavo era tartamudo y eso,y ser hijo de padres separados, en ese barrio y en esos tiempos, mas la desgracia de los granitos y de la pubertad en su conjunto, era, en definitiva, una desgracia.

Mi barrio estaba poblado de gente que veraneaba en San Clemente -pasear por San Clemente entonces era como pasear por Lanùs, se ve que uno fue y le diò la alerta a los otros y poblamos ese lugar donde el mar es medio rìo y no hay necesidad de aparentar nada. Pero en los primeros setenta o tal vez en los ultimos sesenta cada piojo resucitado queria veranear afuera. Afuera del patio y la terraza, claro. Entonces los mas acomodados empezaron a comprar departamentos en San Bernardo, en Mar del Plata, ante la envidia del resto. Todo llega y todo pasa: nadie conocià Brasil y decir Europa era pensar en los barcos de los viejos, de los abuelos (digo esto y viene el nombre Principessa Maffalda a mi boca).

Y ¿que coches tenìan entonces los que teniàn coche? No lo recuerdo,nunca fui buena para los nombres de los autos,puedo acordarme de parlamentos enteros de las peliculas pero no del auto en el que acabo de viajar. Los del chalet tenian un oldsmobile ¡ohhhhhhhhhh! Esos si que eran ricos. Ricos con sirvienta. Fija. Y la hija iba a la inmaculada, cuando todo el resto iba a la diecinueve, o si no tenias suerte, a la once.

Pero el padre del Mito debìa tener un auto muy rapìdo y era canchero y para mi era muy muy muy viejo pero haciendo cuentas tendrìa treinta y cinco a lo sumo. E iba a jugar las tres ultimas bolas del casino de Mar del Plata, despues de cerrar la fiambrerìa. Supongo que fue un viernes.

y se puso el coche de sombrero en la ruta dos

y ese dìa yo entendí que los padres son mortales.

Pero junto con las cosas malas (y cualquier calle -debería hacer el experimento- tiene sus secretos y sus malhados transes) acontecen paladas de cosas buenas.Le he perdido el rastro a la gente de la calle Lavalleja, pero hace muy poco me llego la noticia de que dentro de este ramillete de tipos que alguna fueron adolescentes,saliò un poeta:me dijeron que el cabezón hizo carrera como letrista de bandas de rock de las que mas me gustan y no lo puedo creer.Como decia ese parlamento de Sandrini ¡que va a ser famoso, si naciò aca a la vuelta!
Hijo de un sastre que le hacìa la ropa de vestir a mi viejo (me acuerdo de la vidriera del pequeño negocio, con figurines con trajes de hombre y muestrarios de telas) y de la Maruja, una gallega muy alegre, con pelo ondeado, mi brújula no captò que ahì habia un proyecto de hombre de letras!. Pero me dio terrible alegron saberlo.Uno de mi barrio es poeta.Poeta de rock. Nada menos. (ya se que dije que yo no era de la calle Lavalleja, pero en la mia no hay ninguno, y por extensiòn me sumo)

y para que vean que no miento, que no todo fue desgracia en la calle Lavalleja, una canciòn del cabezon Sueiro,actor ademas del video, sobreviviente exitoso,poeta de este barrio. Para darme dique lo escribo nomas.

3 respuestas a “blues de la calle Lavalleja

  1. sabes que no se? Aca en lanus hablaban de San Clemente y de Las toninas (la tonina), nunca de mar del tuyù. ¿y en quilmes daniel, como era la cuestion de los Balnearios?Acabo de ver la introducion de la pelicula balnearios: el relator en off dice que los balnearios son la infancia. Tiene razòn.

  2. santa teresita también, mucho lanusense….En la calle lavalleja, enfrente de una plaza muy grande solíamos ir a casa de Liliana que era medio bruja, jugaba al juego de la copa…aunque en realidad íbamos a verle las tetas divinas que el espíritu santo le había dado. Y el Marpla…bueno, mi primer hogar. Beso

si un arbol cae en el bosque y nadie lo escucha no hay sonido.Comentame que me gusta