Despreciada en su sanguineo origen -sangre cocida, cueros- por los pusilanimes (que si tienen que matar a otros piden ayuda al enemigo porque les da asco la violencia(*) viene para ser cantada la negra morcilla.
Pero acaso ¿no fue una de las primeras comidas que le preparaste a tus hijos?, morcilla es decir hierro, es decir fuerza para esas vidas que empezaban?
En los momentos previos del asado dominguero, mientras la parrilla humea y canta y el blanco helado gorgojea en las gargantas y hay un sol que raja la tierra y todo es verde, pan y morcilla cruda.
No hay conurbano sin inmigrantes, y entonces cuento de la polenta con morcilla de mi abuela.
Supongo que mis abuelos gallegos tambien ponian morcilla al cocido, es decir al puchero, pero mi abuela gallega se fue demasiado rapido y mi madre aprendio a cocinar con mi abuela tana y sus propias ganas.
Mi abuela italiana comia todo con pan: y cuando digo todo es todo: hasta la sopa y la fruta. Pero la polenta, era su pan. Cuando todo faltaba habia polenta, frita y crocante o untuosa en manteca y queso de rallar -el queso de rallar se utilizaba para enfriar el bocado, un lujo de mi infancia.
La morcilla se maridaba en la polenta –mi abuela decia pulenta-de esta manera, . Se agarra morcilla de primera mano, es decir cruda, o aquella que nadie quiso comer en el asado y que quedo en penurias, casi triste, en un plato enfriado. Se le saca la piel y en un festival de cebolla frita, chiquitita y dorada en bastante aceite, se pone la destripada morcilla un par de minutos, no mas, para que se amase el amasijo negro y dorado.
Luego haces la polenta -un minuto- y le hechas el mejunje por arriba o tal vez mezclando polenta cebolla y morcilla. Yo prefiero la primera, siempre y cuando la hayas mezclado con un poquitin de manteca para hacer la arena del maiz suave melange dorada
y ya esta: no mas de tres minutos de preparacion y un plato humeante en el invierno. Hierro para la sangre, para que te pares en dos patas y sigas haciendo tu numerito
(*) La frase es de Carlos Marcucci y proviene de este texto «La vida deja sus secuelas, sépalo, deja mancos en Lepanto y qué manera de escribir Quijotes, deja sordos a Beethovenes y hay que escuchar qué musica alarmante componen en silencio, deja muertos a Guevaras en Bolivia y hay que ver como siguen viviendo provistos de mochilas con alimento para infinitas rebeldías, mata Vallejos doloridos y hay que conocer Trilce para saber cuanto humor puede tener el dolor trocado en poesía. Sin embargo, usted lo debe saber, en este país hay gente con pies y manos, gente que escucha perfectamente, que de tan lindos son casi un canto a la armonía. Mírelos bien, desde adentro surgen monstruosamente, hacen cheques de cáncer, reparten la leucemia, desafinan durante épocas enteras de la historia, son, en resumen, abominables. Pero eso si, si tienen un enemigo, si deciden matarlo, si por esas casualidades tienen que matar al enemigo, piden ayuda a otro, porque, de más está decirlo LES DA ASCO LA VIOLENCIA»
Nunca había probado esa combinación (morcilla y polenta). Suena rico.
En cuanto a lo otro, el mayor asesino del mundo, no ha matado jamás a nadie personalmente. Es cuestión de jerarquías, sólo los pichis se ensucian las manos.
hagalo Iris, Es muy rico. Y el texto es de antes de la dictadura militar, de los primeros setenta. No lo defiendo ni lo ataco. Es un producto de la epoca y tiene ese valor de testimonio. Y lo que dice ud. es verdà.
Le agradezco la publicación del fragmento de mi poema «Villasuso», allí también teniamos morcillas, pero no comiamos polenta. Me gusta su blog. Saludos
Quique de Lucio.-
Ya lo dijo Doña Jovita: «La morcilla es un hecho de sangre».
muy buena combinacion!! voy a hacerla para el almuerzo con un buen vaso de vino en honor a tu abuela!!