Uncategorized

Babel II


Otra vuelta acerca de Babel, mi post de ayer .
Resulta que en los grupos humanos (pareja, familia, barrio, amigos, lo que fuera) hay dos fuerzas : Una que cohesiona, que da identidad, que amucha. Una fuerza para adentro, la física la llamaría centripeta.
También hay una fuerza que deshace, que te hace integrar al afuera, que dispersa, que te abre a los otros. Fuerza centrifuga.
La fuerza centripeta te llena de códigos que solo entienden los de ese grupo. La fuerza centrifuga te lanza al mundo:
Un grupo necesita de las dos: No hay nada mas siniestro que una familia aislada de su entorno. En el ejemplo mas extremo està el incesto. En psicoanálisis lo llamamos «lo endogamico» Eso es Babel antes de que las lenguas diverjan:Todos se entiende en el adentro. Lo endogamico te ayuda pero te mata. La otra fuerza es aire, pero a veces ese aire es tan fuerte que no tenes identidad: lo exogamico te da aire, cuando tenes construido un lugar seguro del cual partir. Hay familias y grupos tan expulsivos que nunca te aportaron nada de lo necesario
Eso es babel después de las lenguas.
Es difícil partir de un lugar, si nunca tuviste un lugar.
En ese lío de fuerzas simultaneas y contrarias, uno construye, quiere construir, un lugar para si, con pertenencia y apertura.
Nada mas siniestro que una familia cerrada sobre si mismo. Nada mas triste que una familia que no aloja.
babel.

Uncategorized

el malentendido


El relato debe ser mas complejo. Me aguanto las ganas de googlearlo, de leerlo de primera mano, de buscar que se dijo de él en estos dos mil años.
Lo escuché por primera vez en el catecismo infantil, dentro de un garage,con un grupo de parvulos dirigidos por una bienintencionada hija de Marìa. De ahi saquè un par de recuerdos: el librito con dibujos de dios adentro de un triangulo y el infierno con sus llamasy su condenaciòn, las oraciones aprendidas de memoria, los pecados capitales y la imposibilidad de ejemplificar el sexto -tenia 8 años entonces- y -se los juro- esta metáfora: Babel.
Tal vez es ocioso contarla con tan pocos elementos, todos deben conocerla: pero ¿y si no? ¿y si nunca leyeron el sagrado libro, si no fueron jamas a misa o tal vez fueron y no prestaron atención, si acaso las lecturas de uds. no la han siquiera rozado de oído?

Los hombres decidieron hacer un edificio alto, muy alto, hasta el cielo, hasta la luna, una torre tan alta que les permitiera llegar mas allá y hacer ruborizar a Dios. Los hombres se pusieron presuntuosos y necios y desafiaron al Hacedor.Vamos, los hombres se creyeron Dioses. Entonces vinieron de todos lados y pusieron manos a la obra (no se quienes eran los contratistas, quien el que ponía la guita, quien dirigia la Obra, pero la Torre marchaba. Para arriba. Emergía en el cielo, mas alta que el Himalaya. Pero Dios se cabreó.
Y decidió hacer algo simple pero eficaz. Hizo que todos esos hombres que hablaban un solo lenguaje, empezaran a hablar distinto: Dios creo las lenguas para que la gente dejara de entenderse. Entonces la construcción fue imposible, no se entendían las ordenes, nadie podía seguir instrucciones.

Con las lenguas, con el lenguaje, vino la confusión. Por eso es mentira que hablando la gente se entiende. Por eso los psicologos nunca te vamos a decir «habla y ponete de acuerdo». El lenguaje es el lugar del malentendido

Y ahíNELSONROMERO BABEL quedo Babel.

Uncategorized

y guardo los puños hasta mañana bajo la almohada


un_recuerdo_se_acosto_en_mi_cama

Tiendo y destiendo mi cama
sacudo pedazos de sueños en llamas
sombras delatoras de amor
ocultan su cara

Cae una sábana blanca
como la nevada
cae en la montaña
y caigo en la cuenta
de tus manos blandas

Torre de Babel cuadrada
como Penélope teje angustiada
y desteje mi desnudez
acobardada

Mi cama sabe
todo lo que soy y puedo ser
y no me dejan
mi cama sangra
cada tajo que me espantan
y por la noche
me acuna y canta

Abro una puerta de gasas
le entrego mi cuerpo
ella me abraza
y guardo los puños hasta mañana
bajo la almohada

Es mi madre necesaria
remedo de tumba
perra guardiana
mientras susurra su nana
afila las zarpas

Tiendo y destiendo mi cama
aparto la mies de la cizaña
y por un camino de nada
regreso a casa

Uncategorized

una imagen tuya conmigo fuera de plano


Quiero todo.
Quiero todo lo que Gabo Ferro dice en esta canción

Quiero ser una poeta tan buena como Gabo Ferro, a quien Diana Bellesi le esta prologando un libro.

quiero

un mandala pintado en Jaipur bajo un vaso con agua con dos gotas de gin
una trampa cazadora de espíritus del Japón
un espejo que atesora el origen del sueño
Una muñequita vudu con los miembros zurcidos con pelo de cabra negra
Una pulsera con semillas sagradas florecidas y perfumadas
un manuscrito sin rótulos ni tapas con grabados de una mujer partida en tres
Una mascara del Durbán
una rueda mágica enlazada a un asno
Una falda turca de un ajuar

un retrato grabado sobre madera rosa
Serenidad escrito en una lengua muerta con sangre de niño y de casadera
Y  un formidable insecto embalsamado con los ojos picados por querer aparearse con las alas cuarteadas y todavía con sangre

 

y una imagen tuya conmigo fuera de plano.

Uncategorized

cosas de mina. Cuentos de la otra.


Dos años atrás estuve en una unidad coronaria. Alguien pensò que me habia agarrado un infarto, me habían subido unas enzimas, que se yo. Mi hija iba en la ambulancia conmigo y lloraba como si yo me fuera a morir. No pensaba en morirme. Yo me sentía bien, solo con un dolor en el pecho como si alguien me estuviera pisando …como si fuera asma. La nota graciosa es que en ese momento que debìo ser tràgico  mi preocupacion  era burocratica: contaba los dias que me iba a tomar de licencia en mi función de directora de escuela,  sentía agobiada por el trabajo. Creo que después de eso tome la decisión de jubilarme.

Estoy releyendo mis cuentos para ver si voy con algún puaner a corregirlos y mejorarlos. Con dos relatos viejos, reciclados hice este cuento único. Se llama las pibas de la visita.

images (1)

 

Las pibitas de la visita.

Tengo un sueño recurrente. Me junto en una esquina con todas mis edades a discutir quién tuvo la culpa. Los más chicos siempre salen ilesos.

Hugo Coletti

En la sala de cirugía, mientras contaba para atrás, diez nueve ocho, entre el intervalo entre el ocho y el siete recordé los doce años. Después me dormí y vi lo que le pasaba  como en una película.

No era más que una chocolata marrón, espesa y escasa. No se estaba desangrando y no tenía ni ganas de devolver ni retorcijones de barriga. La había pedaleado poniéndose un rollito de papel higiénico (gris, barato, no  esos que tienen perritos y son blandos como algodones y tersos como el culito de un bebe) para no chorrearse la pierna, cosa altamente improbable con ese chuño en la bombacha con elástico. Eso si, se había puesto una que no tuviera el elástico flojo, ¡imagínate si encima tenia que andar subiéndose los calzones!.
Que ni se les ocurriera a un ramo de flores, un debut triunfal con hermanos varones y padres aplaudiéndola. Mejor muerta que ese sainete. Simplemente había que dar el paso y decirle a la madre el abracadabra al nuevo, inevitable status que las tetitas habían ido cantando, el estirón, el «ser señorita»  Había que agarrar y decir me vino
Bueno, era simple pero no estaba dispuesta
Mientras no lo dijera  nada cambiaría. Los varones podían seguir siendo amigos, no tendría que llevar cuentas en el almanaque, ni podría quedar embarazada como esa chica de la villa, que tenia mas o menos su edad y ya cargaba con su hijo, mugriento y mocoso, la que pedía con el carro la ropa que sobraba en casa.
No lo postergaba por cobarde: lo que se le complicaba era encontrar el tono de voz adecuado ¿vergüenza? ¿alegría? ¿complicidad? ¿recato? ¿miedo? ¿sorpresa? ¿inocencia?   Postergaba la escena, y cuanto mas la postergaba mas difícil se hacia. Los cambios no son fáciles, lo había dicho la de Johnson y Johnson. Le había quitado espontaneidad.
Odiaba la posibilidad de la charla. Su madre, devota del saber televisivo, tenia la obligación moderna de darle una charla y la se veía venir con terror, solo ambas tratando de reproducir un sketch televisivo, esquivando las cosas importante. Todos lugares comunes: ahora tenes que cuidarte de los hombres. ¿ahora?, y antes? ¿y como? Bla bla bla, y mezclando poca ciencia y superstición heredada:  no lavarse la cabeza porque una prima de alguien, lavandosè se había vuelto loca. ¿O la que se había vuelto loca había sido por hacer mayonesa o prender el horno?. Difícil entender porque el horno tenia que ver con la chocolata, pero la sangre se sube a la cabeza. Y te viene una embolia, o algo así. La sangre de abajo se va para arriba. Fatal.  Una operación de apéndice, que te saquen las amígdalas, que te tengan que internar y al final estas esperando un hijo o te agarra un cáncer y te vas a morir, todo mezclado. Peligro inminente, ojo con correr o andar en bicicleta. Dicen que ser mujer duele: dicen que duele ser de un hombre, que duele parir, que duele andar con Andres «el que viene una vez por mes». Olvidate de nadar, pero jamás iba a San Clemente, así que eso no era problema.
Por ahora nada de dolor. Nada, ella era siempre un fracaso: ni siquiera lloró cuando termino el séptimo grado, unos días atrás. Quería impostar las lagrimas y no salía nada. Y ahí, la Amitrano llorando, y los varones palmeandole la espalda, y las amigas haciéndole el corito de lloronas, siempre esa Amitrano dando la nota. Esa seguro había tenido ramo de flores y que le había dolido y tenia una cajita de Saridon de lata, hermosa,  donde guardar después la gillete para sacarle la punta a la caja de lapices Conte de 24 colores.
Cierta certeza de que mujeres eran las otras, de que nunca alcanzaría la información, ni siquiera la clase donde habían venido las doctoras del Modess, la información pavota de su madre, culposa y aburrida y sobre todo inservible, la idea sobrevolando de que ser mujer tenia que dar vergüenza u orgullo y ella no sentía ninguna de las dos cosas. Y que hijos tuvieran las otras, ella no se iba a morir sacando una cabeza grande como una pelota numero cinco del agujero de hacer pis.
Igual podía ser todo mentira,(nos han mentido tanto) hasta ahora no se estaba desangrando, no le dolía y después de piyar renovó el rollito de papel higiénico (gris gris gris) y agarro la bici y salió. Ser mujer podía esperar otro mes.

Sin embargo algo hay, el olor de la sangre es verdadero, y me duele mucho. Esto no es un sueño

Cuando pensé en que tenia que decir seis me desperté, alrededor mio ese movimiento de quirófano que recuerda vagamente la coreografía de los mozos que levantan las cosas al terminar una fiesta.  Entonces trato de hablar,  los médicos  me alientan, me confortan con palabras que no están dirigidas a mi, sino que son palabras que dicen por que las aprendieron a decir.  Pienso en que me voy a casa. Cierro los ojos, me llevan en una camilla con rueditas, hay luz arriba, debe ser el so.

Sol,  voy cruzando este parque, de nuevo el sol, poncho de los pobres, y  todo es tan real (los edificios, la cara de los que pasan, el peso de la bolsa donde llevo la compra del día) y  la  Silvia que me dijo que me dejara de joder, que eran ensoñaciones, trampas de la buena de la morfina. Pero no. Ellas vinieron. Todas menos una sonreían. Me cuidaron y se los debo.

La más chiquita tenía pañales de tela, el pelito duro, y apareció en la cama como si en vez de estar en  terapia intensiva yo estuviese en una sala de maternidad. Tenia, pobrecita, un olorcito suave a pis, a colonia de bebe, a eructo de leche de teta. Coloradita de llorar, chiquita y negra, la veía berrear, pero yo no la escuchaba. A nadie escuchaba entonces. Me venían a visitar –no se si para cumplir o que- y eran una procesión, en un episodio de la tele sin voz. Yo le puse mi dedo alrededor de su pequeña manito, y, respondiendo a un reflejo (babinski me decía la cabeza que daba vueltas) me agarró fuerte, y se me acomodó sobre la panza, y así me pude dormir,  corazón con corazón, panza con panza, acompasando los ritmos por debajo de la mascara de oxigeno. No sé porque el cableado no molestaba. Las dos juntas y de alguna manera nos acompañamos .Me tranquilizó porque apenas había llegado,sentí que mi cuerpo se sacudía como a una alfombra llena de mugre. Me estaba mirando desde arriba, hasta que vino la bebe, aterrice en la cama, le agarré el dedito  y me acovache.

 

Otro día (el tiempo en los hospitales no se mide por el reloj, cinco enfermeras mas tarde, uno en la cama de al lado que se llevaron finado, o por ahí en dolores: tres dolores después, veinte pinchazos) la vi a la otra. Una especie de ballerina rante, de suburbio. la remerita marrón con rayas horizontales, de manga corta y pollera plisada. Debo decir pollerita, perdónenme. Y las piernas llenas de cicatrices de granos, raspones, mugre en las rodillas. Era tan de noche, con las lunas de las luces de las camas, lunas nubladas,  y ella se balanceaba en el barral como un mono. El flequillo se le dividía en dos por un remolino. Y hablaba mucho.  Quería entretenerme. La miraba como a una película muda que sin embargo descifraba desde el silencio. Creo que me hacia burla para que la imitara, pero la morfina no me dejaba seguirle el juego.. Esa me acaricio la cabeza, y me entraron unas ganas de llorar tremendas. Se quedo mucho tiempo, contándome películas como si fuera un personaje  de Puig. Las películas son buenas para no morirse. Mientras te las cuentan no te morís.

La gordita tenia como 10 años, venia con unos libros, los zoquetes caídos. Se ve que se los habían dado para que se estuviera quieta. Se hacia la agrandada, yo le conocía las mañas .Usaba palabras difíciles y me daba un poco de risa con ternura. Ahí estaba todo lo que sería. Tenia las cejas gruesas, un pantalón streech, y se puso a contarme los cuentos del libro Corazón, lo que le paso a Robinson Crusoe, lo aburridas que eran las clases de guitarra, lo perras que eran las nenas de la escuela. Después, como la anterior, siguió con una película del continuado. Era Descalzos en el Parque. Parloteaba como si fuera un libro. Me estaban llevando en una silla de ruedas, a un estudio en la planta baja. Menos mal que iba con ella, me pude distraer, olvidarme de todo, y dejar que los médicos hicieran lo suyo,cruento o doloroso. Me pidió que le enseñara a silbar, a subirse a un árbol, me llenaba de cosas para que no pensara.

 

Una noche me desperté y me sentía tan bien que me acordé de la mejoría de la muerte ¿Uds. escucharon que las personas que están por morirse de repente se mejoran?. Le dije a la enfermera que llamara a mi marido, que me trajeran otro camisón, que me quería bañar, que quería escribir unas cosas. Yo no estaba excitada, simplemente tenia muchas cosas que hacer si me iba a morir. Muchas tambien si iba a vivir. La enfermera salio rápido y  volvió con una jeringa, Me desesperé por que me di cuenta que me iban a poner algo para dormirme en el suero. Y en el sueño, mientras caía, vinieron tres: la de trece, la de dieciséis y una que había empezado a ir a la facultad.

 

Ellas me llevaron al río. en volandas.  Me sacaron del hospital por la ventana, sin alfombra mágica a puro pulso, agarrandome como ángeles.  Sabían que a mi me gustaban las aguas , y que me gustaba la luna,  y me acunaban en el rio como si cada una hubiera agarrado un pedazo de sabana y pudieran hacerme volar en aguas tibias. Vos no te podes imaginar lo que era la luna, Era tan enorme, tan plateada, se me hace un nudo en el alma al querer contártelo.

 

Me decían cosas en un idioma de mujeres que no se reproducir. Era una danza circular, pero de suaves olas de mar en el rió, Yo necesitaba agradecer, preguntarles cosas, pero el abotagamiento y el bienestar de saber que no me iba a morir sola, que me cuidaban, me llenaba de lágrimas el cogote y no podía hablar.  Sábanas de holanda y  no las áridas sábanas de hospital. Me daban a oler flores frescas, y albahaca, y tierra mojada. Y cayendo cayendo cayendo, con musica de Almendra.

 

Hubo mas, una embarazada, otra cuarentona, hubo muchas mas. Me traían mis fetiches, cada uno de ellos. Cada una con lo suyo: títeres de dedo, moneditas de I ching, poemas de tres por cuatro. me canturreaban tanguitos, me daban ánimos. Les dije que le tenía miedo a los circos de pobre, a los coches con cola de pez, a los hombres de bigote finito. A hacer el ridículo. A que no me quisieran lo suficiente.  Ellas cantaban. y me hacían cantar para adentro.

 

La ultima la encontré en el espejo, De este lado del azogue, ya estaba mejorcita, con el esparadrapo en la cabeza, pelada y vendada, tan flaca al fin .Del otro lado estaba la otra, la única que no sonreía. Esa me pedía cuentas. Como la chiquita del primer día olía a vomito. Pero a vomito de grande, de vino rancio. De comida pasada. Tenia una herida de bala con sangre seca en rededor. Me preguntaba por que. Yo no quería darle explicaciones. Me la encontraba en el espejo del baño cuando empecé a caminar, cuando no necesite la chata ni la comida endovenosa.

 

Le pregunte al enfermero de la mañana, que era muy atento, donde estaba. El creía que le preguntaba donde estaba yo, y me decía «mamita estas en el hospital, quedate tranquila, reina, se te ve bien, te vas a curar, yo soy adivino, jamas me equivoco». Y no, yo le preguntaba donde estaban ellas. Me respondió trayéndome un te que me quería dar a tomar en cucharita. Vomite, claro.

Y ahora acá me ves, si no lo hago por mi, lo tendré que hacer por ellas.  Yo las mire a la cara una tarde y me pidieron que hiciera el intento. En eso estamos. Parecían buenas minas.

Uncategorized

todo està en orden, como es costumbre: el palacio del rocanroll Tiempo de Arlt.


(tomado del blog Il corvino)

Referido al autor de Los lanzallamas (Roberto Arlt)  tiene una anécdota increíble que data del momento en que estaba componiendo «El otro cambio, los que se fueron» (recordar que el tema es 1973 y Arlt murió en 1942): «Originalmente «El otro cambio, los que se fueron» (que la escribí en la casita de mi madre de esa época, en Martínez), la fui a registrar a SADAIC con el titulo TIEMPO DE ARLT porque venía yo de las lecturas de Los 7 Locos y las Aguafuertes Porteñas. Y claro, el Universo de Arlt somos nosotros, los argentinos (algunos, claro) ja, ja. Pero me rechazaron el título, porque me pidieron que llevara una autorización de Roberto Arlt, que dijera que él me dejaba usar su apellido para el título de la canción…Así fue que en mi rapto de desesperación le inventé ese título que es la frase que aparece cada final de estrofa: El otro cambio los que se fueron«.

Uncategorized

En la vigilia


a cuatro años del matrimonio igualitario traigo para mi blog una cosa escrita para otro. Dicen que 1280 parejas ¿igualitarias?; bah, digamos homosexuales y ya pasaron a buscar la libreta. Es el amor, con sus gestos.

El Ojo con Dientes

No se como llamar a ese enorme inflable blanco, enorme de verdad, que se bamboleaba graciosamente frente al Congreso de la Nación.
Se me ocurren listas de nombres que dichos en sucesion carecen de toda obsenidad. Como en la pelicula de Mike Myers. La del espia sexi. Chota,poronga, verga . La tenes adentro Bergoglio parece decir.
A mi me recuerda un lejano aerostatico que sobrevolaba el fin de la Av. Gral. Paz, un globo inflable de propaganda de Phillips.
Daban  ganas de sacarse una foto al lado del enorme pene blanco, con sus huevitos redondos abajo. Es mas, todo el mundo lo hacia, pelando telefonos de ultima generacion, camaritas …
Clima festivo y cool. Tambien pobres, esos pobres de toda pobreza que alimentan el numero de las marchas. Y yo me sentia muy comoda entre esas personas, pensando en la minoria que representaba alli.
Monogama y heterosexual, yo no tengo…

Ver la entrada original 188 palabras más

Uncategorized

Piedra del cielo


images (6)Yo tengo una amiga que se llama Fernanda Bracco y es una poeta muy delicada, extremadamente respetuosa de la naturaleza. Ve cosas que yo no veo, en el viento que mueve una hoja, en la gota que cae. Ayer me escribió pidiéndome prestada una imagen que había leído en un texto mio. Ayer, también, había terrible superluna. Lo se, porque salí a buscarla. Al patio, y no estaba allì, entonces subí a mi terraza y finalmente me acorde de que la luna, a las once de la noche suele alumbrar mi vereda. La muy esquiva ahi estaba, frente a mi puerta,  la piedra del cielo. Le escribi a la luna muchas cosas.  Esta es la mejor.

Superluna
a ver si me ayudás
con tu superpoder de piedra
mandame hombrecitos de queso
que barran los agujeros de mi alma
que traten de sacarme de esos crateres
donde hubo  rios
secos como mi matriz de mujer mayor
aquellos rios desde donde la niña que fui
pide cosas imposibles
Se que adentro tuyo
no estan ni la virgen ni el niño jesús en el pesebre
pero quiza piedra del cielo
menuda joya
tal vez puede que seas, esta vez,
misercordiosa, luna mia
Superluna te entiendo
se que tenes como yo dos caras
y una nunca se muestra
Superluna
barreme el corazon
salpicame de acero
de queso rallado
de polen de plata
Saname superluna
que dios me dejo sin dios
no me dejes esperando
que la ausencia
me baleo las gambas
y no puedo caminar
adelantarme
seguir
En vos confio, piedra del cielo

Uncategorized

Cuentos de la Otra. Segunda selecciòn.


freaks

Yo escribo cuentos, ¿saben? Me da mucha paja corregirlos. Cuando los veo publicados entiendo que debí haber tenido mas cuidado. Este cuento lo escribí alrededor de la palabra defectos, una palabra horrible, terriblemente horrible, y que carece absolutamente de sentido si hablamos de personas.

SEGUNDA SELECCIÓN

Mutilados, desnutridos, ojo de vidrio, muestra tu cicatriz 
marineros, maricones, embolsados, bailan la danza de la inteligencia. 
Están pasando demasiadas cosas raras para que todo pueda seguir tan normal 

Charly Garcia.

 

No se si nací con el defecto. Pero desde que mi cabeza se puso a pensar, me tuve que bancar saber que lo tengo, que soy diferente, que no soy como las otras. La vida de mi tía esta dedicada a que  lo recuerde en cada latido.

Una vez mi tía, la Nena, le dijo a una peluquera que ya no vive en barrio, que mi mamá se había ido porque era una atorranta,  pero también por mi defecto. Era  muy chica,  recuerdo exactamente que cuando la escuché usaba un enterito de corderoy granate, con un pato Donald en el bolsillo, que le había dado a la Nena una señora rica que tenia una hija de mi edad, pero sin defecto.

Creo que fue la única vez que dijo  que mi madre se había ido por culpa mía. Pero me quedó grabado. Yo no lo creo ¿ustedes creen eso?

En general, cuando la Nena habla de cuando mi mamá nos abandonó,( y casi siempre encuentra como poner el bocadillo, a propósito de cualquier cosa),  el argumento se puede  resumir en infinitas  variaciones de la palabra puta.

Y no tienen idea de lo creativas que se pueden  llegar a poner  las hermanas de mi papá a la hora de buscar sinónimos. Nadie nunca las paró, nadie  les dijo que en la televisión los programas de mujeres se  ponen de acuerdo en que no hay que hablarle mal a los chicos  de su madre, porque después les agarran complejos y enferman. Ellas se pensarían que como yo tenia el defecto no entendería bien.  O simplemente que los chicos no entienden, De ahí que se les debe machacar a cada momento con cosas como  “vos con ese defecto no podrás” (nada, no podré nada) o “tu mamá era una putarraca y nosotros en la familia nos  dimos cuenta desde el vamos”.

La tía Nena, que es la que se vino a vivir con nosotros,  lleva adelante la misión de que yo no olvide que estoy falladita

Parece que la tía Nena había tenido un novio,  y una vez el novio le dijo que se tenia que ir a curar a Estados Unidos, porque allí hacían una cirugía especial, con médicos que acá no hay . Que los doctores  que lo atendían en el hospital, en una junta medica, habían decidido  que necesitaba si o si esa operación. Me lo contó mi papá, muchos años después, un día que vino amanecido.  Se sentó en mi diván en el comedor, me despertó y me dijo que no permita que la Nena me amargue, que eso pasaba porque la habían dejado colgada, y bien, bien jodida. Parece ser que la tía Nena pidió una plata en el trabajo para que el novio se operara . Ella, hace poco que se jubiló, trabajó toda su vida en una fabrica de sifones, llevando la contabilidad. En ese momento los dueños, unos tales hermanos Pitrola (soda pitrola ¿ustedes no compran esos sifones? Son unos con una cubierta azul y roja de plástico) le adelantaron un fangote de plata, para ir  descontársela  de a poco No se como se  entero al final la Nena, ni cuanto tiempo había pasado esperando, pero  mi papá me dijo esa madrugada,  que lo de la operación y el viaje era todo un cuento, y que una vez depositada la moneda , desaparecieron novio y plata.  Y que  la tía llamó muchas veces al número del Memorial Center no se cuanto, donde se tenia que operar el novio enfermo, y se tuvo que conformar, finalmente, con que la habían jodido bien jodida. Yo nunca  supe de  otro hombre.

Entonces, los vecinos, que hablan porque el aire es gratis, dicen -a mi me lo dijeron en la cara-  que yo fui un consuelo para ella, y que se ocupó de mi, mejor que lo que lo hubiera hecho mi mamá. Yo no se lo digo a nadie pero cuando pienso mucho en eso, hasta que me duele la cabeza de pensar,  mi mamá –para mi-  se fue por culpa de ella y no porque fuera una puta, o porque yo no fuera perfecta. Y además tengo la idea de que si mi mamá me hubiera llevado yo no tendría nada malo.

Cuando terminé el noveno, y vi que  la cabeza no me daba para el estudio, quedaba clarísimo que nunca iba a poder trabajar en un banco, con este defecto. Ni siquiera en una contabilidad de una fábrica de soda. Pero en casa se decía que en la fábrica de galletitas, Arca se llama,  podría  haber lugar para una o dos personas con defectos.¿Viste que en Mc Donald hay chicos mongólicos?  Algo así. Y ahora estoy ahí.  El olor a vainilla es tan fuerte, tan fuerte, que me lo llevo pegado a la ropa interior. Eso no está mal, oler a vainilla.  Y tenemos  mucho ruido de máquinas, que son automáticas, como modernas. El  que me hace firmar el recibo de sueldo, el de Personal,  me contó que hay fábricas que tienen máquinas robóticas, como unos brazos sin personas que hacen mi trabajo. Espero que no compren de esas.

La primera vez que entré el ruido y el olor me marearon. Desde que tenía dieciséis en casa querían meterme en la Arca,  pero tuvieron que esperar a los dieciocho, porque por la ley no se pueden  tomar menores como aprendices como pretendía la Nena. Mi tía conocía a una capataz, (ella  decía capataz, pero ahora que trabajo adentro, se que es la encargada del área de producción). Esta mujer es como la novia de una vecina, pero de eso no voy a decir nada, porque quien soy yo para hablar de defectos de los otros, ¡justo yo!. Cuando la fuimos a ver ya con los dieciocho cumplidos, la Piru, (pero en el trabajo es la Sra. Marta)  nos aseguró que no iba a haber problemas, ni me hizo la orden para el apto medico, entré directamente por el acomodo. Mi tía le regaló una cartera  y me pidio la plata toda junta cuando cobré mi primer sueldo, aunque ella la había tarjeteado en 6 cuotas.  Lástima que no tuviera la revisación como todo el mundo, porque yo quería ver a un doctor y preguntarle como se llamaba eso que tenía.  Y además si la pasaba,  era porque yo estaba lo suficiente bien como para ser aprobada sin acomodo. Nunca me llevaban al médico, parece que no tiene cura esto. Y cuando pregunté por mi defecto en cada, específicamente, (me costo mucho juntar valor, y decirlo) me miraron como si pasparan moscas.  ¿Como se paspan moscas? No se, pero cuando me quedo pensando dicen que yo paspo moscas.¿ Que saben? Yo pienso, pero ni se los digo. Que se curtan.

Mi trabajo es  fácil, tengo que separar las galletitas rotas de la  cinta que pasa frente a mi. La cinta con galletitas pasa lento y somos cuatro, una al lado de la otra, las responsables de ir separando las galletitas malas, antes de que las agarre la máquina de empaquetar. La idea es que no se empaqueten galletitas malas. Mi trabajo es la  segunda selección. Exige estar atenta.

Las galletitas malas no se tiran, las venden  a granel, y también se regalan a  unos comedores. En general no están demasiado rotas. A veces  solo un toque, casi imperceptible, una esquinita mocha,  si yo las hubiera visto en un paquete no me hubiera dado cuenta que eran diferentes. Para mi -pero esto no hay manera de confirmarlo, yo soy como una de esas galletitas de segunda selección.

A veces por un error de la maquina, o de la masa, o de la cocción,  las galletitas salen malas en serio. Pero esas no pasan por mi cinta, se descartan antes. Y las compra una fábrica de alimento balanceado para animales. Desde que hago este trabajo se me puso en la cabeza que las personas son como las galletitas. Distintas calidades y para distintas cosas.

En la fábrica conocí a un chico que es de primera calidad, lo hubieran embolsado sin lugar a dudas.  Me gustaba pero yo me pongo mas paspadora de moscas que nunca cuando uno me gusta. Así fue siempre. Además tenia miedo de que eso que dicen mis tías fuera verdad, lo de la herencia de atorranta, que me  viniera en la sangre, por mi mamá. Está mal que hablen mal de mi mamá que no se puede defender.

Si bien hubo un par de besos por ahí, nunca estuve (´¿entendés? estar-estar) con un chico. Mi viejo, en estos últimos tiempos,  cuando toma de mas me dice: te estas poniendo cada día mas parecida a tu mamá. Pero  no se crean que de boca de él es insulto o amenaza, él lo dice como algo dulce. Cuando esta sano jamás habla de ella. Mi mamá se llama Claudia y yo guardo una foto escondida. Es esta, mirá.

Lastima que no me veo más con Ariela. Ella me podría dar un consejo, tiene experiencia, pero ya no nos vemos como antes, cuando charlábamos de los chicos que andan por el barrio, ella era o es  mi única amiga verdadera,  la Ariela. Ariela se habría tenido que llamar Ariel, por una película de dibujitos, la Sirenita, pero en el registro civil no se lo permitieron a los padres cuando la fueron a anotar porque acà Ariel es  nombres de varón

Ariela había sido mi compañera de banco hasta que repetí cuarto grado. No sabía hacer las  divisiones.  Y entonces mi tía me cambió de turno porque le parecía mal que con mi defecto no me  tuvieran consideración en la escuela. Se fue a pelear con la maestra y le dijo que mi mamá se había ido sin importarle nada de mi, y que encima yo tenia esos problemitas (problemitas dijo y nada mas) y entre las dos gritaban sobre mi como si yo no estuviera presente, no supe entonces quien  me hacia sentir peor. Yo, la verdad, las divisiones las podría haber resuelto, pero nunca me acordaba de las tablas, no las quería estudiar y ni siquiera mirarlas en la regla que tenía, -estaban todas las tablas ahí- y fue después de eso que me agarro una flojera grande, grande. tanto que si hubiera sabido como hacerlo,  me hubiera dejado morir, pero no sabia como, entonces seguí viviendo.

Después se me pasó y Ariela venía a casa y nos encerrábamos en el dormitorio y muchas veces hablábamos de chicos. Hacíamos cosas re- divertidas como cuando le dije que se tenia que sacar el bigote y unas cejas de arriba de la nariz y la ayude con la cera, porque me doy maña con eso. Tendríamos doce años. Cuando terminé noveno y como en fabrica de galletitas no me tomaban aun  hice un curso de depilación y ensayé con Ariela. También le saque los pelos de abajo, y claro, era inevitable hablar de chicos.

Después resultó que aunque tengo el diploma, no trabajé de depiladora porque no me dieron la plata para comprarme  la camilla, y en casa había donde armar un lugar discreto con cortinita .Acá hay dos dormitorios (uno de la tía Nena y otro de papá) y yo  duermo en el comedor en el diván, ¿donde voy a depilar? Mejor la fabrica de galletitas, estoy  en blanco y hasta tengo  sindicato y todo. Igual lo que se aprende puede servir en algún momento.

Otra fuente de conocimiento sobre el sexo y los varones, se da en  cada oportunidad en la que viene  Chayanne a la Argentina, lo que no termino de cazar bien del sexo lo puedo aprender escuchando hablar a la tía Nena  con su amiga de la fabrica de soda, eso es como un libro porno, ustedes se matarían de risa o de vergüenza escuchando de las cosas que dicen entonadas,  después de tomar mucha cerveza . La Quilmes  y Chayanne, y yo creo también que la falta de un hombre, hacen que mi tía se vuelva otra persona.  Aunque lo cuento gracioso, esas veces  me trata peor, es como que se le cae la careta, y en vez de hacerse la que sabe de todo, y el cuidado falso de siempre,  me grita, che, idiota anda a lo de Don Francisco y trae dos quilmes mas que se nos seco el pico. Al día siguiente es como si no hubiera pasado nada. No se si no se acuerda o se hace la tarada

Ahora hace rato que no salgo con Ariela, empezó a ir a bailar a Nexo y un poco me dejo de lado, y mi tía dice que no hay buen ambiente, no me alientan para que vaya a bailar, ni nada. Yo conozco Nexo y en casa no lo saben: este verano  dije que me quedaba a dormir en la casa de la Ariela, ella me prestó ropa y fuimos y vinimos en remís y  en mi casa ni se enteraron, pero no me gustó. Yo esperaba otra cosa.  La pasé horrible. Por ahí era que tenía miedo de que por el defecto yo no le gustara a ningún chico, pero estaban todos tan borrachos, la música tan fuerte y el lugar era tan feo, que era imposible que alguien me pudiera ver en mi diferencia. Toda la gente parecía defectuosa Mientras nos vestíamos, le contaba a Ariela de mis miedos, ella me decía dejate de joder, divertite, vos no tenés nada, pero no me sirve que me lo diga por que es medio como yo, y además es mi amiga y cuando alguien te quiere no ve las cosas malas que tenés. Apenas entramos me dejo sola y se fue con un flaco que vende pilas en la feria de solano. Por suerte a la hora en que habíamos arreglado se apareció  y en el remis me contó que habían ido afuera y lo habían hecho. El pibe este después nunca le contestó los mensajes.

El muchacho de la fábrica que me gusta se llama Christian, así, con ch.  Lo tiene escrito en la tarjeta que  sirve para marcar la entrada y la salida. Maneja un carrito que levanta las cajas de galletitas arriba de una madera. El carrito se llama Clark, la madera pailet y él se llama Christian, ya lo dije

Está en mi mismo sector y yo lo miro.  La que esta adelante mío en la cinta de las galletitas me carga. Es Antonia y usa faja porque tiene una eventración que es como un chorizo , me dijo, que le sale para afuera y está esperando para operarse. Antonia me carga, me dice, che vos, no mirés tanto que todo lo que no hacés,  me viene de rebote para mi. Tiene razón.  El otro día, cuando salía de sacarme el uniforme del vestuario, estaba Christian cambiado esperándome, Era la primera vez que lo veía sin el uniforme , tenia un vaquero  achupinado  y un buzo con capucha y me preguntó si iba a bailar a Nexo. Le dije que no. Y me fui. El me siguió y me pidió  el número de celular.

No tengo celular, le dije. y se empezó a reír ¿como que no tenés celular? ¿Que sos, extraterrestre? Me dio mucha vergüenza. Al día siguiente me trajo un celular que no usaba, se le descarga  la batería y hay que enchufarlo a cada rato, pero  él me lo daba hasta que yo me comprara uno nuevo. Cuando lo llevé a casa y lo mostré se armó un kilombo. La tía Nena empezó que ese chico solo me quería para joder, que el celular podía ser robado.¡Que iba a ser robado!, hasta yo se que ese Nokia es reviejo y nadie se va a molestar en robarlo. Además él no me había pedido nada, ni me había tocado, solo un beso en el cachete cuando  me regaló el celular. Mi tía Nena empezó con que ella sabia que eso iba a pasar, que yo iba a venir con el bombo,  que con mi defecto ningún muchacho me iba a querer en serio.

Yo pensé en decirle “vos, tía, no tenias defecto y bien que te jodieron” pero no quise echar leña al fuego y me fui a llorar de bronca a la pieza y le mande un montón de mensajes por celular. a Christian.  Un montón. Con caritas. El me mandaba esos asteriscos, que yo se que son besos.

Ahora lo estoy esperando, y le voy a decir de irnos a la casa de él. Y cuando este allí voy a llamar al fijo de casa y decir que no me esperen y voy a cortar. Voy a hablar con mi papá, directamente. Ya tengo dieciocho,  que se creen. Parece que Christian no se dio cuenta del defecto. Y si no soy buena, estará en la sangre. Que se curtan.