Cuanto humo
hay en la General Paz
y un pájaro pasa
atravesando el cielo
cuanto tiempo más
este podrá volar
si el humo que sube
lo matará en poco tiempo.
Puente La Noria (Viejas Locas)
Cuando la escucho hablar a Isabel, que la sabe lunga, del Puente La Noria y los boliches de pobres que lo rodean, la mugre, la policía, la mugre humana, los puticlubs donde bajan a nenas de doce años y menos, que tienen nombre -Petrus, por ej. y se junta la runfla malviviente de las orillas donde se abarata la dignidad, donde la complicidad policial es tan obscena como las palabras vacías de los políticos que hablan del puente la noria, y nada se sostiene, todo y los tipos con bolsitas de trabajadores que van a la obra, al taller, al frigorífico y las mujeres que dejan los hijos solos y encerrados pidiendo por favor al dios de los indigentes que nade les pase hasta que vuelvan y vuelvo a pensar en los prostibulos de las orillas pobres y ennumero Budge, Lamadrid, Cuartel Noveno y pienso en una familia durmiendo todos juntos en una cama para no cagarse de frío, en la promiscuidad favorecida y en las tortillas de grasa y harina a la parrilla a las seis de la mañana, en una nena de 13 que espera el bondi para ir a la maternidad sardá para parir al primogènito y el bondi que no viene. Y el puticlub a la mañana con las primeras luces, y la droga berreta y la muerte nuestra de cada día. Y en el medio de toda la mierda la risa de un chico, las ganas de ser, flores en el cieno, las ilusiones y el laburo que salve, y la necesidad definitiva de desarmar el infernal aparato que se alimenta de sangre humana.
La buena fe no me alcanza.