pobre publico cautivo, Pero como dicen los que saben, ud. apreta el dia y cambia de canal. Es que revisando los cuentos para el concurso de cordoba volvi a leer la joya del atlantico, ya recontrapublicada en el blog. Le pegue unos cambios, el precio de las milanesas, el destino de Callejeros, y algunas otras boludeces. Es my best, sin duda alguna.
La Joya del Atlántico
See That My Grave Is Kept Clean- Blind Lemon
A Silvia Giglia, nobleza obliga.
Usted me dice su nombre, y yo me la veo esa madrugada pisando la arena húmeda y parándose con dificultad. Junto a su huella en la arena, un vaso extralarge de plástico con restos de jugo y alcohol, culo para arriba, y era la luna cuando está dejando paso a la mañana, después de toda una noche siendo farol, alta en el cielo.
Ella calzándose el buzo, que antes fue almohada. Sacudiéndolo, frió y aun mojado, pero necesario a esa hora, tan hostil como puede llegar a serlo la madrugada en una playa, agonizando marzo, para cubrir la desnudez de un top de brillos.
¡o pasaba por ahí, y a lo lejos la miraba.¡Ja! No me voy a hacer el paseante casual, en esos tiempos era lo único que podía hacer: no paraba de mirarla. Se que durmió un par de horas, se habia sacado las sandalias , seguro con ganas urgentes de piyar, gusto a muerto en la boca, el pelo desgreñado y yo le vi el gesto de aquellos que saben que a nadie le importaba su suerte. Lo conozco del espejo, de cuando me afeito.
Si esto no fuera la provincia de Buenos Aires, sino una serie yanqui de forenses, el vaso nos podria dar alguna pista de lo que paso la noche esa, pero yo por la pinta de drogada que ella tenia, no creo que recordara mucho. Es posible que no recuerde nada, y solo yo vuelvo y vuelvo a eso. Y ahora Ud. que viene a preguntarme. O vos, ¿te puedo tratar de vos,no? Vos también tratame de vos, no soy tan viejo, lo que pasa es que estoy un poco hecho percha.
Lo que te estaba diciendo, vos venís, Es la sincronía. Eso gobierna a este mundo y al de arriba.
Te voy a contar algo, total no sos de acá, ni va a ser, y me caes bien, y hasta por la edad que tenés, podrías ser hijo mió. No, no tengo hijos.
Yo la amaba. Nunca tuve ni un vinten para entrar al Caribean, (igual no hubiera querido, pagarle hubiera sido como escupirla) pero cuando cortaba el pasto, la veía y me sentía mejor persona. La amaba desde el primer día, con su ropita de los coreanos y esos ojos que eran más tristes que ninguno.
Vi mas. La vi subir el medano, dejar atrás a las olas llorando, gimiendo como lastimadas, dejar atras el silbido del puto viento y refugiarse donde no todo fuera abertura . A veces la extensión de la playa te traga. Ella no se podía quedar allí, el Nacho estaba muy muerto. El concesionario del parador había cerrado todo como dos semanas atrás, solo los esqueletos de la docena de carpas (una estúpida glorieta plantada en el desierto), el barcito tapiado para que no se metieran vagos, los baños, el cartel del baño de damas colgando del soporte: cuando vio la palabra baño se agacho e hizo pis sobre el cemento alisado del umbral. No la mire, le di tiempo que hiciera sus cosas, me di vuelta: seré loco, pero no un degenerado. Y yo la respetaba.
Este pueblo, esta playa, es solo un caserío con dos centros. El de la playa propiamente dicha (parador, maxiquiosko, locutorio, un bar que este año no se alquiló, una proveeduría que queda abierta hasta la Pascua, los que venden lombrices y cosas de la pesca, poco mas) y el centro de los residentes permanentes, con sus viviendas sin terminacion, alrededor de la parada del Micromar que nunca trajo muchos turistas, mas que nada parientes que vienen a garronear el verano. Pero somos cantera de trabajadores para el resto de la costa, y cada jornada a la madrugada y a la noche acarreamos domésticas, albañiles, jardineros, gente que trabaja en otras playas cercanas a la 11. Algunos que cuidan casas en Pinamar, en Cariló. Y nos las rebuscamos. Yo también, hago lo que puedo. Pero cobro pensión, ojo. Me la tramitaron en el hospital y los remedios los tengo gratis. Si, pibe, Haloperidol retard ¿no ves que ando medio duro?
Aca, donde estamos el mar queda a 20 cuadras. Para este lado del pueblo, el mar es un adorno innecesario, la pesca gratis, y a veces, un mal presagio. Si vos crees que yo soy como ellos, esta muy equivocado: yo ando siempre por la playa. Pero no vos no viniste a hablar de mi.
Centro y parador: Marymar. Un nombre mersón pero si lo piensa bien: certero. Mar y mar, nadie promete otra cosa. ¿A quien carajo se le habría ocurrido? Quizá a los que armaron el primer parador, el viejo, todo de madera, esos tipos que compraron el loteo por nada, plantaron uña de gato para que el médano no se moviera y que, una mañana gris como ésta que estamos hablando encontraron como bonus track, una docena de cuerpos mutilados que la marea le había traído de regalo a la playa. Se cagaron y creo que vendieron el paquete entero a otros, ya con el nombre. Asi me contaron los antiguos.
No salió en los diarios de ese tiempo y la gente de acá se hace la boluda pero los subversivos, como ellos los llaman, dieron para historias de cucos para los nenes de Marymar de 30 años a esta parte. Ellos los nombran subversivos pero entre nosotros, yo les digo compañeros, aunque no conociera a ninguno y ni siquiera viviera en Marymar en esa época. No se como se transmite eso, pero mientras le cortaba el pasto a una vieja de acá a la vuelta, escuche a los nietos hablar de que iban a jugar a buscar muertos en la playa. ¡Vos fijate!.
Y ya que toque el tema de los muertos, algo importante: nadie había muerto acá. Eso era entonces y también ahora, siempre si no contamos el caso de los hermanos que se ahogaron, a esos los llevaron pronto a San Clemente y al día siguiente estaban siendo velados en Aldo Bonzi
Y hasta dónde yo se tampoco nadie ha nacido acá. Y sin finados ni nacidos Marymar era y sigue siendo un pueblo de transición. No merece que nadie lo llamara mi tierra.
Al costado de la ruta podes ver que el loteo no fue del todo exitoso, al final pienso que no se llenaron de plata los que invirtieron en la zona. Volvamos a eso que me preguntabas: ella agarró la ruta hacia la parada de micros, se agachó a buscar una colita de pelo con la que se ató la melena (se veía como si la pudiera oler: roña, musgo, algas). Y se enderezó, si no con dignidad, con un subproducto de la dignidad que es la compostura.
Ese día flameaba sobre la calle, deshilachado, un pasacalle pagado por el concejal peronista de entonces decía «Marymar, la joya del Atlántico». Estos peronistas siempre iguales: si Marymar era la joya, no nos imaginemos a que llamarían fantasía.
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Recuerdo el ruido del pasacalle golpeando, golpeando, y cada vez que pienso en ella (y eso pasa demasiadas veces) es como que se me viene lo de la Joya del Atlántico y a veces hasta me tengo que tapar las orejas por que me aturde el ruido del pasacalle.
Te puedo asegurar que antes de la época de Marymar la mina nunca había estado en un kilombo. Me lo dijo la Toña. Pero el día que se bajó por primera vez del Micromar (hay una segunda vez, pero eso viene mas adelante) se dirigió derecho viejo a esa casa cúbica que esta al costado de la ruta, antes de los médanos. Esta vez, mientras llegaba sonrió. Vos diras si yo me creo Dios, que esta en todos lados. Pero te juro por mi santa madre que vi esa sonrisa como si estuviera mirándola con un vidrio de aumento. La sonrisa y los ojos tristes.
El cartel de neón Caribean titilaba esa madrugada (no la madrugada que vino, la madrugada que se fue, ahora vuelvo a eso, que es lo parece que te interesa) con un espantoso ruido de insecto metálico y maligno. Un ruido de mantís religiosa, que masca al macho cuando se aparea.
Yo la vi, se apuró y entró por la puerta de atrás. Seguro que la Toña ni se dio cuenta, me lo hubiera dicho, a mi me tiene confianza y cada vez que se le va una puta, se le arma canyengue, y después yo la tengo que escuchar quejándose como si la hubieran traicionado. Las pibas del kilombo no podían imaginarse a la Toña de cuando todavía se llamaba Antonia, tenía el ojo bueno y José Luís Perales se la quiso levantar en un baile de carnaval en el Centro Lucence. Cada vez que entraba una nueva la tuerta Toña le cuenta la historia y totalmente fuera de lugar se pone a cantar las canciones de Perales, porque como las pibas son chicas o vienen de otros lados ni saben de quien habla. No es mala la Toña, es la vida.
Ella tomaba Nescafé, nunca mate, jamás mate cocido: típico gesto de los que alguna vez pertenecieron a la clase media. Y hay gustos de clase que nunca desaparecen, lo se por experiencia propia, ¿Sabes que cuando yo fui a la secundaria leí un cuento (ya no me acuerdo de quien) que se trataba de un músico de jazz y en ese cuento dice que mientras hay un Nescafé las cosas no pueden estar tan mal? Tendría que comprar un Nescafé a ver si mi suerte se da vuelta.
Yo la espiaba –no me digas nada ,se que hacer eso es una porquería, pero no la podía dejar de mirar, tal vez por la enfermedad. tal vez era (es)amor. Y por eso ate cabos. Pero si vos te tomas el trabajo de seguirme te vas a dar cuenta que por mas loco que yo sea, el razonamiento es impecable.
Dejó hervir la leche, que se derramó por la cocina, con innecesaria energía batió el Nescafé sin decir agua va, se lo tomo despacito, despacito, con los ojos atrapados en el fondo de la taza y la cabeza en otro lado. Terminó. Le dijo adiós al lugar y se piantó por diez meses de Marymar.
Por eso te digo que para mi es improbable que se haya enterado bien del tema del pibe, tenía muchas cosas en la cabeza. Ahora todo el mundo habla de la trata, pero en ese momento, te escapabas y por las tuyas. Nada de madre de Marita Veron para ir a llorarle la carta. Además por esos días en la tele de lo único que hablaban era de Cromañon, que si Ibarra tuvo la culpa,, que si había una guardería en el baño: un pibe muerto en una playa en la concha de la lora no era noticia. Es lo que le digo y además ya terminaba marzo.
Claro, eso en la capital, porque acá se vinieron al día siguiente los padres, desesperados, preguntándole a todo el mundo. Ese dia yo me habia enfermado mal y me llevaban en ambulancia al hospital y ni los vi. Ellos conmigo no hablaron.
Si, estuve internado. Me sentía tan mal que parecía que Marymar iba a tener su primer muerto, bueno, si sacamos al pibe y a los ahogados, y a los compañeros. Vomitaba una cosa negra, ardía en fiebre, y no me acuerdo mas y mientras los viejos llegaban, a mi me llevaban en la camioneta de los Anglada a San Clemente y de ahí al loquero de Necochea, donde tengo historia clínica. Tres meses me comi adentro, no sabes como la llore. Me vino bien estar ahí.
Cuando volví me contaron que el pibe recién había terminado la secundaria, tenia que ingresar en abril al CBC, creo que dijeron Diseño de Indumentaria, que vaya a saber lo que quiere decir ¿sastre?, y se había quedado haciendo huevo en Santa Teresita, en una casa vacía de la abuela. Como termino en el Caribean solo como un perro y del Caribean a la playa con una mina que tiene prohibido salir con clientes y que le llevaba, por abajo de las patas, diez años…uno nunca lo va a saber. Los padres hablaron con la policía y la policía, sabes como son esas cosas, nos estamos ocupando, cualquier noticia lo tenemos al tanto, es una prioridad del departamento. Y la Tuerta llamando todo el día al rufián, que ni se aparece por Marymar, solo manda algún mono cada tanto a buscar la plata, por que eso si, nada de banco, nada de cajeros electrónicos. La rosca oficial/toña/kia funcionaron mas aceitados que culo de trava, , y el caso se murió de muerte natural. El caso, el pibe no. El rufián ese no quería a nadie, y además es posible que a ella ni la conociera. Era carne de matadero. Una tripa para él, hijo de puta.
Yo al Nacho, lo vi de muerto, por segunda vez el mediodía que ella se fue, y no se parecía a un pibe: parecía un Cristo. Me asustó un poco (y acá no habla el vino, este es el primer tetra que tomo, y ya se esta haciendo de noche) porque era un Cristo con mi cara. No como soy ahora, sino el que fui. Pero no me hagas caso. ¿No sabe que a mi me dicen el Loco, y además ese día ya andaba enfermo? No me lo puedo imaginar siendo el de las fotos que dejaron los padres pegadas en todos los postes de luz. Si rebuscas todavía en algún lado quedaran cachos de las fotocopias, lavadas, donde estaba la foto donde llevaba la misma remera, con el dibujo de Callejeros, posta que se la había comprado después del incendio, pelito largo, carita de «me las se todas».En la foto se parecía a otros pibes, son todos parecidos. Inclusive la en foto hasta podría decir que era parecido a vos
Pero muerto era otra cosa. . Me acuerdo de la remera porque era lo único que tenia puesto, y se había largado a llover y a mi me agarraron muchas ganas de taparlo. Ojo, no hablo de taparle la cara, sino de abrigarlo, de que no tomara frío, me dio ganas de llorar como si ese muerto tuviera algo que ver conmigo, como si en ese punto, ese muerto fuera yo. Y ¿quien sabe, no? Y cuando lo tapé con mi gabán, yo deje de tener frió. Ese invierno no tuve gabán pero no me importo un carajo.
El forense que vino de la Departamental no me echó, me dejo ayudar junto con el que encontró el cuerpo, el tipo de la proveeduría (forma inexacta de decirlo, porque estaba ahí a la vista, solo que de lejos parecía un bulto, un perro dormido, una nada.) y los de la comisaría. A mi no preguntaron y eso que siempre ando rondando en esta playa de mierda. Por ahí – no lo recuerdo- yo ya andaba delirando, no tomaba medicaciòn en esos tiempos.
Y sere loco, pero no boludo, ni la mencioné y nadie dijo de ella, y en el Caribean tal vez algunos clientes preguntaron, pero la gente o se casa con las putas, o se las olvida no hay términos medios. Para mi que al final no tomo el ómnibus, se habrá ido a dedo. Yo estuve averiguando por mi cuenta, no me podía sacar al pibe muerto de la cabeza. A ese Cristo con mi cara.
Y ya te dije que por ella me di cuenta que el amor no es un cuento chino. Cuidate, pibe. Creeme, ya lo va a ver cuando tengas mi edad. Dicen que el amor es cosa de pendejos, pero la cuestión no se acaba allí, no señor.
Los padres, que se ve que tenían plata, le levantaron el monolito en la playa, ¿lo viste no? Ah, que buenas fotos saca tu celular! Mira que está bien plantado, no digo que sea el monumento a Alfonsina, pero el Nacho vino para quedarse en Marymar, que ahora posee playa con parador más monumento fúnebre.
Míralo bien, cuidadosamente, hasta en la foto tiene la dignidad que le da el granito, nada de cemento alisado, es piedra granítica, es algo fino. Y esta tallado, de ahí saquè que tenia 17, que se llamaba Ignacio y que todo el mundo lo conocía por Nacho. El primer día había unas flores muy hermosas, peluches, papelitos. Pero lo único que queda hoy es el granito pelado. ¿Le paso al monumento del Potro, no le va a pasar al Nacho? Pero cuando nadie me mira, yo lo limpio.
Dice justicia, dice Ignacio, dice Nacho, dice inolvidable. No dice que fuera la primera vez que cogía, pero es una de las cosas que se me puso en la cabeza. Viste lo que dicen de los locos. Que saben cosas.
Me gusta ver ese monumento en pie, en la playa. Ahora es un lugar de peregrinación de gente que viene caminando por la playa, no tenemos al de Alfonsina, tenemos al Nacho, diecisiete años para toda la eternidad y no faltan los que creen que se trataba de un ahogado y hasta algunos que traen de flores de plástico y adornos que se lleva la marea cuando crece. A la gente le gustan los muertos jóvenes.
Está haciendo frío hoy. No me vendría mal un tentempié, es decir un sanguche de milanga y un tetra, pibe. Ah, gracias, con cuarenta mangos esta bien. Se agradece.
Yo no me la quiero dar de detective y mucho menos de poeta pero para mí todo está en ese momentito. Ella se pira de Marymar: Se pudo ir, que suerte, yo soy de Lanús, mis viejos tenían casa propia y supe hasta casarme por iglesia, y tengo hermanos por allá, pero nunca mas me podré ir de acá, ahora tengo que mantener el monolito limpio. Pero ella si. Ella se fue. No creo que haya pensado ni una vez en el pibe, por ahí en la huida se olvido que estaba muerto, y ni siquiera en Crónica hablaron del tema dándole y dándole a Chaban,
Para mí que ella se va por que presiente algo y quiere salvarse Te pongo la firma que de la muerte del pibe nada. Presiente que tiene que salir disparada, insisto, como para a salvar a alguien. No a ella precisamente.
No te gastes en preguntarle a la Toña, que ya tiene casi setenta y me parece que esta medio senil, si la miras con un solo ojo. A la Toña la dejaron de molestar los canas y en consecuencia ella dejó de molestar por teléfono al Kía. Y la piba se fue, y vino otra, una dominicana, que estaba contenta me dijeron porque en Marymar había playa y en Constitución donde caló antes no.
Claro que volvió. ¿No te digo? a los 10 meses. Puro verano, Marymar ese día parecía la joya del Atlántico, Yo la vi, por que cuando bajan algunos que tienen casa acá, a veces me conchaban para cortar el pasto, la gente me conoce y no me tiene miedo. No quieren que le cuide las casas pero siempre me tiran un hueso.
Ya paso de eso unos años. Pero es como si lo viera. En mi cabeza yo escuchaba al bicho maligno del cartel de neón, al viento en el pasacalle y mientras pensaba “la Joya del Atlántico” como una premonición, ella bajo por segunda vez del Micromar
Traía al pibe envuelto en una mantilla de lana amarilla y no le pude ver la cara, aunque todos los recién nacidos se parecen mas a Mister Magoo que a los padres, no jodamos
No parecía una putita. En verdad para mí nunca lo había parecido, para mi ella era la Joya del Atlántico. Yo la seguía de atrás, haciéndome el gil. Fue caminando hasta la playa (a mi me gustaría decir que fue a llevar al pibe hasta el monumento) y se sentó a mirar el mar sentada en la base de granito… Que se yo si lloraba (no se lo voy a inventar, pero hubiera sido lindo). Y cuando ya estaba la luna redonda y plateada en el cielo alto, alumbrando como el culo de un vaso de platico y la joya del Atlántico, es decir Marymar se fue apagando, ella se quedo, mucho tiempo, dándole la teta al Nacho. Y el que lloraba era yo.
Un tano ignorante que vive por la ruta, y se la curtía en el Caribean cada viernes, después de que la mujer se dormía reventada de entrar ladrillos, me dijo el otro día, mientras ella venía de la escuela con el pibe de la mano, que seguro que le puso Ignacio por el nombre del monolito.
Lo vieras al pendejo, al Ignacio. Ahora ella trabaja en la telefónica en San Clemente y el pibe es un sol, a veces los cruzo en la proveeduría y me saluda con la manito, me hace muecas, me grita “loco”. La Toña se hace como que no la conoce y acaso ella es otra. En este pueblo nadie tiene memoria para lo bueno, ni para lo malo. Así que el pibe le está sacando la mirada triste y nadie le factura lo del burdel. Dicen que lo van a cerrar, hay jefe departamental nuevo en Dolores, ¿Qué va a ser de la Toña?,
Te dije que nadie nació acá, ni nadie se murió (o por lo menos nadie tiene en el documento nacido en Marymar y no hay cruces ni camposanto, sacando el monolito.) Al final y al cabo todo es cuestión del vidrio que le ponga adelante, podríamos decir que la vida esta hecha de historias que se escuchan entre el ruido del pasacalle o el del cartel de neón.
Mira lo que es la justicia poética, vos me cebas con vino y comida para que yo te cuente y ahora el celular te suena con música de Callejeros, hasta yo la conozco y eso que me quedé en Sui Generis. ¿viste que quedaron libres? Que cosa rara la injusticia.
Un tucumano que estuvo conmigo en el hospital de Necochea por que le subía la diabetes, decía que Dios no existe, que iba a venir el Mesías Negro y hablaba de la sincronía, y si Dios no existe, esa es una buena explicación. Voy a tratar de explicártelo, pero es difícil. El tucumano decía que si uno agarraba la guía de ferrocarriles de Portugal y se fijaba en un momento dado todos los trenes que andaban yirando y trazara una línea que unía los puntos de donde estaba cada uno, un día iba a encontrar un dibujo que pudiera coincidir con una guitarra de Picasso. Bah, yo te se lo puedo explicar bien, pero el Persio era un master cuando se le daba el tema de la sincronía.
Y si queres volver a Buenos Aires, tenes que apurarte. El Micromar pasa en un rato. No fuese que se te ocurriera perderlo y te quedaras en el pueblo, a esta hora y con el ruido que hay.